Me resulta difícil (a veces)
ver cuál de las dos partes pesó más:
si tu peso en la balanza
o el mío del otro lado.
Me resulta difícil (a veces)
entender por qué antes de medir
lo que ya había pesado (¡pensado!)
decidí de todas formas
apostar a esa mañana
aunque nada me aseguré
de lo apostado al siguiente pasado.
Me resulta difícil (a veces)
recuperar la sinceridad
que me llevó aceptar la dispareja balanza
y entender qué parte pesó más:
si tu medio o el mío
o las ganas de ser un entero
disuelto en dos partes.
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