sábado, 29 de julio de 2017

03:06

A veces, cuando escribo, mis palabras olvidan todo lo que tenía para decir. Y eso generalmente me sucede cuando olvido qué sensaciones vivía en ese preciso momento que ya pasó.

O por el contrario, lo que tenía para decir invade oraciones con palabras tan sentidas y vividas, que olvido rápidamente qué fue lo que pasó a menos que lo relea.

Tal vez el dilema a resolver cuando me decido a escribir, recae en qué tan honesto puedo ser: si con las sensaciones, o las exageraciones.

Por lo pronto, no elijo ninguna.

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